Un llamado con un corazón entregado



Siempre me ha llamado la atención las despedidas de Pablo en sus cartas, podría decir que  siento el amor tan grande por sus hermanos en la fe, su nostalgia, aun antes de irse ya extrañaba a cada uno, su incertidumbre, porque no sabía si seria la ultima vez que los volvería  o que pasaría con las iglesias después de su partida. 

Se puede ver también el amor de Cristo depositado sin medida en el corazón y la persona de Pablo. 

Las bendiciones de Pablo para con sus hermanos, fueron todas derramadas de su corazón entregado y obediente al plan de Dios. 

Su sabiduría, su fortaleza, su energía; vemos claramente la obra magnífica de Dios y el cumplimiento de Sus promesas en Pablo. 

De la misma manera recibimos todo lo que Pablo recibió cuando derramamos nuestro corazón a amar a Dios, a obedecerlo, a limpiar nuestro viejo hombre, a aceptar la voluntad magnífica de Dios en nuestras vidas, Dios hará Su obra en cada uno de nosotros. 

Si hay algo que le complace a Dios, eso es nuestra devoción sin medida a ÉL, quitando todos los obstáculos y lo que desvia nuestro andar con Cristo para que la Luz del Señor sea reflejada en nosotros, así como se reflejó en Moisés; asi que todos nosotros:

mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, 

somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, 

como por el Espíritu del Señor.

2 Cor. 3:18


Por lo demás, hermanos, regocijaos, sed perfectos, confortaos, 

sed de un mismo sentir, vivid en paz; 

y el Dios de amor y paz será con vosotros. 

12 Saludaos los unos a los otros con beso santo. 

13 Todos los santos os saludan.

14 La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios 

y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros.

2 Corintios 13:11-14












Lecy Villaparedes

al servicio y la voluntad de mi Señor





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