En mi aflicción me acordé de JAH
Con mi voz clamé a Dios,
A Dios clamé, y ÉL
me escuchará.
Salmos 77
No sabemos el por qué de la aflicción del salmista aquí, pero nos deja ver claro que estaba pasando por una fuerte desesperanza.
Actualmente muchos de nosotros estamos en la misma situación, viviendo en una burbuja y mirando solamente lo que somos.
en muchos casos nos afligimos y nos olvidamos quien es el autor de nuestra prueba, y no pedimos ni clamamos a ÉL como debemos hacerlo.
¿Pero cómo nos dice el salmista que debemos enfrentar la prueba que pasamos?
Me acordaba De Dios,
y me conmovía;
Me quejaba, y desmayaba
mi espíritu. Selah
En todo momento debemos acordarnos de Dios, en esos momentos en que nos sentíamos libres para ir y venir, tomando nuestras propias decisiones, Cuando cantábamos en la iglesia y nos gozábamos de estar bien.
Cuando recibimos el gozo de la salvación y podíamos ver la mano de Dios obrando sobre nosotros.
Pero al igual que al salmista, estamos ahora; viviendo incertidumbre, muchos que pierden la confianza en el Señor, no pueden dormir y son quebrantados al punto de reconocer que Dios es quién esta en control de todo lo que sucede en nuestras vidas, nunca ha quitado su mano de nuestro hombro.
No me dejabas pegar los ojos;
estaba yo quebrantado
y no hablaba.
Y las mismas preguntas que el salmista expresa , las hacemos:
¿Acaso Dios a desechado mi alma?
¿Han cesado Tus misericordias?
¿Ha olvidado Dios su misericordia para siempre?
¿Que enfermedad es esta que me ha mandado mi Dios, para que yo lo alabe y tenga memoria de Sus maravillas?
Y corremos a buscar trayendo a la mente todo aquello que Dios nos dio para que recordemos lo bueno; diré yo a mi alma, no olvides ningunos de Sus beneficios, repasé mi vida y Dios estuvo en todo momento sosteniéndome, estaba siempre a mi lado, a mi diestra; en mi desesperación clamé y Dios escucho, me ha dicho:
Aunque pases por el fuego, no te quemarás; recordaba esos momentos cuando caminaba de la mano con el Señor, y aquellas palabras que llenaban mi corazón de gozo y seguridad: "No te dejaré, ni te desampararé", recordaba yo Sus maravillas y meditaba en todas Sus obras.
Y así en medio de nuestra aflicción, comienza nuestra alabanza, nuestra gracia y nuestro beneficio recibido.
Oh, Dios, Santo es Tu camino
¿Que Dios es grande como Tú?
Tú eres el Dios que hace maravillas
Oh bendice alma mia a JAH
y bendiga todo mi ser a HaShem
Amén
Lecy Villaparedes
al servicio y la voluntad de mi Señor
Referencias Bíblicas: Salmos 77 y 103
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