La aflicción de Hagar





Y ella salió y anduvo errante por el desierto de Beerseba.
Y le faltó el agua del odre, y echo al muchacho debajo de un arbusto, y se fue y se sentó enfrente a una distancia de un tiro de arco; porque decía; No veré cuando el muchacho muera. Gen.21:15-16

La aflicción de Agar era grande, estaba desesperada, en medio del desierto, sin una gota de agua, su hijo a punto de morir por deshidratación. Ella se sentó lejos de él para no tener que pasar por el dolor de verlo agonizar, su único hijo desfallecía. Sola, sin más provisión, ya casi entregada a su  destino.

Habemos madres que vemos a nuestros hijos alejados de Dios, caminando su vida en el desierto, como Hagar e Ismael, muriendo de sed, sin querer escuchar y mucho menos sin querer ver la fuente de agua que Dios ha provisto para ellos.
Hagar, ya conocía  a Dios, en Genesis 16:7, el Angel de Jehová se le había  aparecido.

Y la halló el ángel de Jehová junto a una fuente de agua en el desierto, junto a la fuente que está en el camino de Shur.

Dios no dejó morir a Hagar, menos a Ismael, el plan de Dios era mas grande e importante que lo que padecían estos dos en el desierto.

Así vamos nosotras, viendo de lejos a nuestros hijos padecer de sed, al igual que Hagar no queremos verlos así.
Pero el plan de Dios es más grande, en Gen. 16:12 está la promesa que debemos creer, que Dios tiene un plan para cada uno. 
Y ya te lo ha dicho cuando te llamó a ti.
Crees que Dios, quebrantará su plan?
Crees que Dios no cumplirá la promesa que te dio, cuando dijo: tú y tu casa me servirán?

Cuando llegamos a los pies del Señor también padecíamos de sed, estábamos muertos en nuestra desesperanza.
Dios escuchó el llanto del muchacho y la voz de Hagar; así también Él escucha tu voz como madre.
Porque Yo Se los planes que tengo para ti. dijo el Señor.

Abba, inclina tu oído a mi y escucha mi gemir. Calma esta sed que me consume por ver a mis hijos beber de tu fuente de agua fresca.
Abre los ojos de  aquellos que todavía desfallecen de sed. Hazle ver que Tú eres esa fuente de agua viva que has provisto para toda mi casa, en ti esta puesta mi confianza porque Tu me has librado de tan grande muerte.
Pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya, por amor de Tu nombre.
Amén Amén



Lecy Villaparedes
al servicio y la voluntad de mi Señor

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