Adan Y CRISTO

Adán y Cristo
La Justificación de los Santos


Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con DIOS por medio de nuestro Señor Jesucristo.  Romanos 5:1

Hemos sido llamados a la santidad, por medio del Señor Jesucristo, para justificación de nuestras transgresiones, hemos sido lavados y limpiados por el que cargó nuestras culpas, y somos llamados a la santificación, santificación que ÉL mismo nos dará de acuerdo a nuestra obediencia.

Por uno entró el pecado en la tierra, y por uno que murió cargando nuestras culpas recibimos la justificación.
Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida.  Romanos 5:18 

Debemos ver la analogía  del delito y la justicia:


                DELITO          vs           JUSTICIA
                  Adan                               CRISTO

             1)   Desobediencia            1)  Obediencia
             2)   Juicio                          2)  Don    ( Gratis)
             3)   Pecado                        3)  Gracia
             4)   Condenación             4)   Justificación
             5)   Muerte                        5)  Vida Eterna


Pedro entendió bien el mensaje y nos lo explica así:

 Quien llevó Él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.  1 Pedro 2:24

Caifás profetizó la muerte de Cristo por los pecadores, en Juan 11:50,
aunque pronunció blasfemias, DIOS parodió su declaración atrevida y la convirtió en gloriosa verdad Bíblica.

Jesús, nuestro único redentor, nuestro salvador, a quien le debemos la gloria y la honra por la sanación y salvación de nuestras almas.



Padre oro por todos aquellos que están en oscuridad, oro porque sean tocados con tu justicia para que sean sanados, abre Señor, sus corazones para que reciban la justificación de Tu gloriosa vida eterna.
Amén, Amén


al servicio y la voluntad de mi Señor.
Lecy Villaparedes


            

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